La polenta es un alimento sumamente delicioso que se obtiene a partir de la cocción de la harina de maíz, aunque también es posible obtenerlo con harina de centeno, con harina de trigo o bien con otros tipos de harina. En este post veremos Qué es la polenta, origen y usos, y cómo la podemos usar en nuestras recetas.
La polenta es un alimento muy antiguo, el cual se preparaba a partir de la harina de maíz, sin embargo, como hemos dicho antes, existen otras variedades de polenta. Podemos considerarla como un cereal, una especie de puche o gacha cuyo origen se encuentra al norte de Italia, aunque actualmente es común su preparación en una gran variedad de países como Argentina, Austria, Chile, Perú o Suiza.
Es bastante probable que el verdadero origen lo encontremos en la antigüedad, cuando los griegos elaboraban una especie de potaje con la harina de cebada, esta se conocía con el nombre de pullmentum y después recibió el nombre de pullenta. Considerado también como el plato principal de las legiones romanas. Con transcurso de los años la polenta fue evolucionando hasta existir una gran diversidad de recetas y de platos.
En la actualidad podremos encontrarnos sobre todo 3 tipos o clases de polenta, las cuales provienen directamente de Italia:
Inclusive, a partir de la polenta amarilla podremos conocer otras variedades, como lo es: la polenta curtida, siendo esta la más sólida, y suele presentar corteza como una consecuencia del tostado, así mismo conseguimos la polenta más untuosa, la polenta con hongos y la polenta taragna.
Esta es una de las muchas recetas que se pueden encontrar, necesitaras:
Coloca en una olla grande las 7 tazas de agua, agrégale sal al gusto y llévala a ebullición.
Cuando el agua se encuentre en ebullición agrégale la harina de maíz como si fuese lluvia.
Debes remover constantemente con una cuchara de madera, además debes continuar con este movimiento hasta que la polenta se vaya despegando de los bordes de la olla. Generalmente ocurre unos 45 minutos después.
Puede elaborarse de diversas formas y servirse de acompañamiento para todo tipo de alimentos.
La polenta de harina de maíz integral, la cual reconocerás por el color amarillo, es un alimento sumamente completo porque posee los principales grupos de nutrientes, siendo estos: carbohidratos, grasas, vitaminas, proteínas, minerales esenciales y fibra.
Es muy rica en carbohidratos complejos, cuya energía es liberada lentamente y te ayudara a sentirte bien por mucho más tiempo. En ese sentido es una opción muy saludable a la pasta o a la patata.
Otro punto a favor que tiene es que es de muy fácil digestión, por lo tanto, puede consumirse sin problemas en cenas por la noche y con cualquier tipo de acompañamiento que desees agregarle.
La polenta no contiene gluten, por lo que es un alimento perfecto para aquellas personas celíacas, o que padecen de intolerancia al gluten de la harina de trigo.
Como hemos visto en la receta básica de la preparación, la elaboración de la polenta se basa en cocinar la harina de maíz con agua o con algún tipo de caldo o el líquido que más nos convenga de acuerdo a la receta. Lo importante es prestarles atención a las proporciones indicadas, una medida de polenta por tres medidas del líquido es considerado lo ideal, aunque si la queremos más durita, hay que colocarle un poco menos de líquido.
Otro secreto es la manera en que la que incorporamos la polenta al agua, siempre hay que realizarlo cuando el agua o caldo se encuentre hirviendo, y tenemos que añadirla en forma de lluvia y sin dejar ni un momento de revolver; de otra manera se crearían grumos que arruinarían la presentación. La polenta se considera cocida cuando esta se puede separar fácilmente de las paredes del recipiente en el que la estemos cocinando. Una vez lista se puede enriquecer con unos trozos de margarina vegetal, para que quede con una textura más suave.